Arquetipo de las Diosas y las fases de la luna

Tabla de contenido
Toda la naturaleza, las mareas, la siembra, los animales y también nuestro ciclo menstrual están influenciados por las fases lunares. Cada fase lunar nos aporta aspectos fortalecedores y desafiantes sobre nuestra propia personalidad, cambios de humor, energía, libido y productividad. Somos cíclicos, como la luna, y el conocimiento de estas influencias nos aporta autoconocimiento y autonomía.
La luna, como sabemos, tiene cuatro fases: creciente, llena, menguante y nueva. Estas fases están asociadas a las cuatro fases de la Diosa: doncella, madre, hechicera y anciana.
La luna creciente y la diosa damisela
Esta fase corresponde a nuestra fase preovulatoria y está asociada a la primavera, ya que, al igual que la luna, la energía está creciendo, al igual que la libido, la creatividad y la feminidad. Fase ideal para iniciar nuevos proyectos y experiencias, la vitalidad física y mental refuerza la independencia y el coraje. Esta fase corresponde a la parte activa de nuestro ser, la fase de siembra. La acción es lo que mueve a la doncella.
La Luna Llena y la Diosa Madre
El arquetipo de la gran madre, que cuida, protege y nutre, se manifiesta con gran intensidad en esta fase. Es el momento de nutrir, ya sea un proyecto, un sueño, un jardín o una rica comida.
También le puede interesar
- Comprende la energía que hay detrás de cada fase de la Luna y sácales el máximo partido
- Espiritualidad femenina: aprende a conectar con la diosa que hay en ti
- Descubre cómo influye la luna cambiante en la vida en la Tierra
Es la época de la cosecha y corresponde al verano, la energía sexual está en su apogeo, así como la feminidad. Menos activa que la fase de la doncella, aquí difundimos energía y luz al mundo, al igual que la luna llena. La crianza es fundamental para el arquetipo de la madre.
La luna menguante y la diosa hechicera
Esta es la fase lunar más desafiante para la mayoría de las mujeres, ya que corresponde a la fase PMS (tensión premenstrual) o como yo prefiero decir TPM - tiempo para mí En esta fase es común que empecemos a retraernos un poco más, a volvernos más introspectivos y a enfrentarnos a nuestras sombras de frente para que puedan ser transformadas por la próxima Luna.
En este periodo, la distancia entre el consciente y el inconsciente se acorta y esto nos da la oportunidad de sacar a la luz nuestra oscuridad y, de este modo, sanar y acoger nuestro lado oscuro. La fase de la Diosa Bruja se asocia con el otoño.

Johannes Plenio / Unsplash
Al igual que la naturaleza, es importante soltar las hojas que han caído, un momento de gran evolución y autoconocimiento. En esta fase estamos más conectados con la naturaleza, con la magia y con lo oculto. Para la Diosa Hechicera, el retiro es esencial.
La luna nueva y la diosa anciana
En esta fase la Diosa se presenta como bruja, señora de los misterios y de la sabiduría y también Diosa de la Vida, de la Muerte y de la Curación. Corresponde a nuestro periodo menstrual. Esta fase lunar está relacionada con el invierno, cuando el aislamiento y el recogimiento son necesarios para que se produzcan grandes transformaciones interiores.
Es la fase lunar del desapego, cuando todo lo que ya no nos conviene necesita ser limpiado y transformado. Como en la naturaleza, en invierno los animales se retiran y se produce un profundo silencio.
También es necesario profundizar en nuestro ser para que podamos renovar la energía para los próximos sueños, proyectos y realizaciones que crecerán con la próxima Luna. Transformar es lo que rige la fase de la Diosa Anciana.
Obsérvese, conózcase y transfórmese.