Cultivadas y consumidas desde la época precolombina, las semillas de chía son muy populares entre quienes desean adelgazar su cintura o añadir alimentos nutritivos a su dieta. Las semillas de chía eran tan populares entre los pueblos de Mesoamérica que formaban parte de la dieta básica de los aztecas. Los registros históricos del siglo XVI muestran que la chía era tan importante como el cacao para estos pueblos.pueblos y ha impulsado un sistema económico complejo y muy rentable en torno a su cultivo.

Curiosidades históricas aparte, es posible que ya haya oído que este "superalimento" es muy eficaz para reducir esos kilos indeseados en la báscula. Además, las semillas de chía tienen varias propiedades beneficiosas para la salud y son una excelente fuente de omega-3, calcio, magnesio, manganeso, fósforo, proteínas, fibra y antioxidantes.

Con tantos beneficios y nutrientes, dan ganas de poner chía en todo lo que comemos. Por otro lado, mucho cuidado, porque además de existir contraindicaciones para su consumo, ¡la chía en exceso puede provocar efectos contrarios a los deseados!

¿Cuáles son los beneficios de la chía para la salud?

Uno de los beneficios de la chía en el organismo es que ayuda a controlar la diabetes tipo uno y tipo dos. Gracias a su rico contenido en fibra, la semilla previene el aumento repentino de los niveles de azúcar en sangre. De esta forma, además de ayudar a controlar la cantidad de azúcar en sangre y reducir el índice glucémico de los alimentos, provoca sensación de saciedad, ¡evitando esa hambre repentina!

Debido a la gran cantidad de fibra que tienen, las semillas estimulan los movimientos intestinales, lo que mejora la salud de los intestinos. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado, ya que la chía es rica en fibra soluble, lo que significa que si no hay una ingesta adecuada de agua, puede causar estreñimiento y aumentar el riesgo de colitis.

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Otro de los beneficios de este alimento -y quizá una de las razones por las que las semillas de chía son tan populares- es que ayudan a perder peso. Esto se debe a que las semillas provocan una sensación de saciedad en el organismo y, como son capaces de absorber grandes cantidades de agua, se forma una especie de gel que aumenta la dilatación del estómago y evita las ganas de comer varias veces.

Además de estos efectos positivos para el funcionamiento de nuestro organismo, la chía ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro, fortalece los huesos, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y regula el colesterol.

Sin embargo, vale la pena señalar que no se trata de un alimento milagroso. Su ingesta debe ir asociada a una rutina de ejercicio saludable y a una dieta equilibrada. Por lo tanto, antes de andar cambiando todos los alimentos por la chía, busque el consejo de un nutricionista, ya que él le aconsejará de la mejor manera posible.

¿Cuál es la mejor forma de consumir chía?

Incluir la chía en nuestra dieta es muy fácil! Gracias a su tamaño, puede incorporarse a nuestra dieta con gran versatilidad y creatividad.

Antes de comerlas, se recomienda hidratar las semillas dejándolas reposar en un vaso de agua durante unos 15 minutos, lo que aumenta su efecto mucilaginoso, es decir, su capacidad para absorber y retener agua, provocando sensación de saciedad.

Se puede consumir siempre que se desee, siempre que sea con moderación, ya sea en el desayuno, mezclado con miel, yogur natural y copos de avena, o en la cena, como complemento de alguna salsa o aliño de ensalada. Se recomienda, por tanto, no superar los 10 g diarios, lo que corresponde aproximadamente a una cucharada sopera de la semilla.

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Una excelente forma de consumirla es añadirla a hojas de lechuga en una ensalada antes de las comidas principales. También puede incluirla en alimentos listos para consumir como sopas y yogures, pero si quiere salirse de lo común, sea creativo y añada chía a sus recetas de pasteles, galletas e incluso pasta.

Si no le gusta el sabor de la chía mezclada con otros alimentos, ¡hay una solución! Puede preparar la llamada "agua de chía", que es muy sencilla: basta con mezclar 30 g (tres cucharadas soperas) de chía con el zumo de dos limones disuelto en un litro de agua. A continuación, añada el edulcorante de su elección (miel, edulcorante, azúcar ecológico, etc.) y deje reposar la mezcla entre 15 y 30 minutos.

¿Qué daños puede causar la chía?

Muchas personas creen erróneamente que la exageración puede acelerar los resultados, pero todo en exceso es malo para la salud, y no es diferente con la chía. Si se consume en cantidades exageradas, se corre el riesgo de que el organismo produzca los efectos contrarios a los deseados.

Entre los efectos nocivos de exagerar la chía en la dieta está el aumento de peso. Como todas las semillas, la chía es muy calórica, pues en 100 g de ella hay cerca de 550 kcal, ¡el equivalente a un paquete de snacks! Así, si se consume más allá de la cantidad indicada, puede acabar sumando esos kilos indeseados a la balanza.

Evita ingerir las semillas secas directamente, ya que nuestros fluidos orgánicos (como la saliva y las mucosidades) pueden acabar hidratándolas, provocando a su vez trastornos en el sistema gástrico, ¡y no olvides hidratar la chía antes de cada comida dejándola sumergida en un vaso de agua durante un periodo de 15 minutos!

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También existen ciertos grupos de riesgo que deben evitar el consumo de esta semilla, como son las personas hiper e hipotensas, así las personas hipertensas que suelen tomar algún medicamento para la hipertensión pueden sentir una bajada de tensión al ingerir la semilla, mientras que las personas hipotensas pueden sentirse cansadas, somnolientas y con dolor de cabeza.

Así que ya lo sabes: antes de empezar cualquier dieta a base de chía que te proponga resultados milagrosos en periodos récord de tiempo, ¡dúdalo! Lo ideal es buscar siempre el consejo de un nutricionista para saber cuál es la mejor forma de consumir este superalimento!