Entre las 12 deidades del Olimpo se encuentra la diosa griega Deméter, diosa de la agricultura, la cosecha, la fertilidad y la abundancia. Hija de Cronos (dios del tiempo) y Rea (arquetipo griego de la maternidad), Deméter es quien trajo la agricultura al mundo terrenal y enseñó a los humanos a sembrar, cultivar y cosechar granos y cereales.ornamental que se compone siempre de varios frutos y flores).

Deméter, nombre originario del griego "Δήμητρα", que significa "Madre tierra" o "Diosa madre", tiene una diosa equivalente en la mitología romana, en la que recibe el nombre de Ceres. En la versión romana, además de ser la diosa Ceres la titular del ciclo de la vida y la muerte, también se la considera la diosa de la ley sagrada y es muy celebrada en los ritos de fertilidad, exclusivos entre las mujeres.Tanto para los romanos como para losPara los griegos, esta figura mitológica representa la "puerta de entrada al misterioso femenino".

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Al ser considerada la diosa griega más generosa de todo el Olimpo, a Deméter se le atribuyen rasgos negativos de pasividad y sumisión, lo que explica que esta diosa haya sido objeto de tanto sufrimiento y trágica melancolía en diversos acontecimientos míticos, entre los que destaca el principal: el rapto de su hija Perséfone por el propio hermano de Deméter, Hades.

Tras mantener relaciones íntimas con el dios griego Zeus, Deméter dio a luz a Perséfone, diosa de las hierbas, las flores, las frutas y los perfumes. Un día, mientras recogía flores y sembraba frutos, la bella Perséfone fue avistada por Hades, el dios de los muertos, quien, dominado por un deseo irrefrenable de casarse con ella, la raptó y la encarceló en el inframundo.

Ante esto, y profundamente conmocionada por la desaparición de su hija, la diosa Deméter se sumió en una profunda tristeza, hasta el punto de hacer infértil toda la tierra del planeta, impedir que creciera cualquier tipo de cultivo e instaurar un invierno interminable en el mundo. Como consecuencia, innumerables seres humanos comenzaron a morir de desnutrición y frío, y los dioses del Olimpo también dejaron de recibirsacrificios, ya que no había ofrendas más abundantes que pudieran ofrecérseles.

Se llegó entonces a un acuerdo entre Hades y Deméter, con el fin de solucionar los problemas que la tristeza de la diosa griega estaba causando en el mundo, y para no despertar la furia del dios de los muertos. Se estableció que la codiciada Perséfone pasaría dos partes del año con su madre, Deméter, y las otras dos con Hades, su raptor. De este modo, se hizo la primavera y el verano en la Tierra, estaciones en las que lala diosa de la fertilidad se alegraba de estar al lado de su hija; y el invierno y el otoño, estaciones en las que Deméter se volcaba en el sufrimiento y la añoranza de Perséfone, que estaría en el infierno.

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Aunque el problema con su primogénita se ha resuelto, los dramas de Deméter no acaban ahí. La diosa seguía sufriendo con otros dos hijos, Orión y Despina, fruto de la violencia ejercida contra ella; y también tuvo que lidiar con el asesinato de Iasion, el verdadero amor de su vida.

Según el mito, Poseidón, dios de los mares y uno de los tres principales dioses olímpicos, no pudo resistirse a los encantos de Deméter, su hermana, y comenzó a perseguirla, impulsado por un tremendo deseo de tener una relación íntima con ella. Asustada y desinteresada, la diosa se transformó en yegua y se escondió en los campos de cosecha para escapar de las ataduras de Poseidón. Tras descubrir laBajo la apariencia de Deméter, el dios de los mares se transformó en caballo y abusó de la diosa. Así nacieron el dios de los caballos, Orión, y la diosa del invierno, Despina.

Asqueada por los abusos sufridos, Deméter huyó del Olimpo y volvió a dejar la tierra estéril, impidiendo las cosechas y diezmando de nuevo la población mortal. Sin embargo, tiempo después, echando de menos a su familia y especialmente a sus hijos, la diosa decidió sembrar el perdón y regresar a su hogar. Se bañó entonces en el río Ládon, encargado de limpiar y descargar las penas, y así la tierra volvió a serfecundar y prosperar.

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Cuando amó de verdad y sin trabas por primera vez, Deméter pensó que había encontrado la felicidad completa y la redención, pero ese sentimiento, por desgracia, duró poco. El amor de su vida, Iasion, era un mortal y fue asesinado por un rayo de Zeus, el padre de Perséfone, celoso de la satisfacción amorosa de la diosa de la fertilidad.

El arquetipo de la diosa Deméter es el instinto maternal, que simboliza el verdadero e incondicional amor de madre. Además, es extremadamente generosa y altruista y no mide esfuerzos a la hora de ayudar y entregarse a los demás, como podemos ver a través de sus actos en los acontecimientos míticos más dolorosos que la asolaron, renunciando siempre a sus penas en favor del bienestar de los demás, como toda buena madretambién lo hace.

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La figura de Deméter, por tanto, es para la figura femenina anterior al papel que la mujer desempeña en la sociedad. La supuesta pasividad y vulnerabilidad atribuidas inicialmente a esta diosa se despliegan, de hecho, en generosidad y resiliencia. Además de entretenernos y divertirnos, vemos que la mitología y las diosas griegas tienen mucho que enseñarnos, aunque sea entre las líneas de los mitos.