Pasamos mucho tiempo de nuestras vidas aconsejando a la gente, enseñándoles la mejor manera de ver las cosas, mostrándoles nuevas salidas, e incluso insistiendo en la importancia de gustarnos a nosotros mismos y estar seguros de nuestras decisiones. Pero cuando tenemos que poner en práctica estos mismos principios en nuestras propias vidas, las cosas cambian un poco. Todo lo que hablamos y predicamos a los cuatro vientos no parecemás sencillo y es en este momento cuando corremos el riesgo de renunciar a nuestros objetivos, de dejar en un segundo plano nuestro estado de ánimo y nuestra vitalidad.

Lo que es cierto para los demás también lo es para nosotros y por eso hemos enumerado a continuación algunas frases que conviene decirse a uno mismo repetidamente, siempre que sea necesario, hasta que la idea penetre en nuestra mente de una vez por todas y se convierta en algo natural ¿Nos vamos?

Me lo merezco! (un cumplido, un ascenso en el trabajo, un caramelo, un traje nuevo, una caricia...)

Tendemos a ser muy exigentes con nosotros mismos. La vida moderna tiene muchas exigencias y expectativas que cumplir, y luego, cuando alcanzamos una meta o recibimos reconocimiento por lo que hacemos, tendemos a huir de ello, como si no fuéramos dignos. Es hora de cambiar esta situación. Repite "me lo merezco" tantas veces como sea necesario hasta que lo entiendas. Eso sí, no pienses quese merece una tarta entera después de una semana de dieta, ¿eh?

Puedo o puedo! (nuevos retos, una receta, iniciar una actividad física...)

La confianza en uno mismo es la clave de todo. Todos somos capaces, sólo necesitamos dedicación y fuerza de voluntad.

¡Ya no me preocuparé por cosas sin importancia!

La vida ya es muy complicada, ¿para qué buscarse aún más problemas? Céntrate en los problemas de verdad, los que tienen importancia relevante y se pueden resolver. El resto, olvídalo.

No soy perfecta, pero soy lo mejor que puedo ser.

Ten en cuenta que nadie es perfecto y que buscar la perfección sólo provoca frustración. Sin embargo, busca siempre lo mejor de ti mismo, haz lo que esté en tu mano para conseguirlo.

Estoy orgulloso de ser quien soy.

Quiérete, mírate al espejo y sabe que la persona que allí se refleja es la que más te llena de orgullo. Si esto aún no es cierto, trabaja para que se convierta en tu verdad más profunda.

Me centraré en los acontecimientos y en los pensamientos positivos

Presta atención a las cosas buenas que ocurren en tu vida, alimenta pensamientos positivos siempre, especialmente cuando te sientas desanimado o desacreditado. La positividad atrae cosas buenas y te sacará de este mal ciclo.

No soy responsable de los problemas de todo el mundo

No te responsabilices de cosas que no están a tu alcance ni bajo tu control. Tener empatía es una cosa, sentirse responsable de los problemas de los demás es otra muy distinta ¡Piénsalo!

Prefiero resaltar mis cualidades antes que menospreciarme ante los demás

Deja de compararte con los demás ahora mismo. El patio de los demás siempre parece más verde visto desde lejos, pero nunca sabrás lo que pasa realmente allí. Todo el mundo tiene problemas, no pierdas el tiempo pensando que la vida de los demás es mejor. Acepta la tuya y a ti mismo.

Valoro los pequeños logros y los celebro a diario.

Tener un objetivo que parece lejano y sólo perseguirlo es una tontería. Valora tus logros diarios y encuentra la felicidad en las cosas más pequeñas. ¡Pequeñas inyecciones de alegría instantánea!

Mi energía es más alta y sólo me dejo golpear por la positividad

Ten en cuenta que los pensamientos y la energía positivos siempre deben ser mayores que la negatividad que se cruce en tu camino.

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No dejes que alguien que no está del todo bien baje tu carga positiva, por el contrario, intenta que esa persona también esté bien utilizando tu energía.

El autocontrol es mi lema.

No puedes controlar los acontecimientos, pero sí puedes controlar cómo reaccionas ante ellos. Ejerce el autocontrol y no te dejes abrumar por las situaciones adversas.

¡Soy auténtico!

Sé imperfecto, pero sé sincero. No hay nada peor que fingir ser alguien que no eres y que un día se te caiga la máscara.

• Texto escrito por Roberta Lopes, del equipo Eu Sem Fronteiras.