¿Has oído hablar del Ho'oponopono mágico? Se trata de una práctica que busca aportar más calidad de vida, tranquilidad y deseos cumplidos a través del poder de las palabras.

La técnica hawaiana llama la atención porque no requiere mucho tiempo ni esfuerzo por parte de los practicantes: basta con estar dispuesto a abrir la mente, eliminar toda la negatividad del cuerpo y recitar el mantra del deseo que se quiere cumplir para sentir sus efectos.

Aunque las peticiones no se responden inmediatamente y, como todo en la vida, requieren el esfuerzo de cada uno, es posible sentir que se quita un peso de encima durante esta práctica. Y es precisamente esto lo que te da el gas necesario para seguir adelante y darlo todo en tu viaje!

Para que este viaje esté lleno de muchos frutos y positividad, hemos preparado un completo contenido en el que entenderás todo sobre el mágico Ho'oponopono. Continúa leyendo.

¿Cómo hacer el mágico Ho'oponopono?

El mágico Ho'oponopono es muy fácil de hacer! Como mencionamos anteriormente, funciona basado en el poder de las palabras, así que para practicarlo, simplemente repite un mantra que transmita todo lo que deseas - preferiblemente 108 veces, un número considerado sagrado y acelerador.

La frase Ho'oponopono más común es: "Lo siento, perdóname, te quiero, te estoy agradecido". Ya de por sí tiene mucho poder, pues aporta esa sensación de perdón, prosperidad, amor, curación e incluso comprensión. Pero también es posible personalizarla en función de peticiones concretas. Si quieres una vida económicamente cómoda, por ejemplo, podrías adaptarla a "Dinero querido, lo siento,perdóname, te quiero, te estoy agradecido".

Además, puedes crear tu propio mantra y repetirlo siempre que lo desees. Beth Russo, especialista en Ho'oponopono mágico, por ejemplo, creó el mantra "Vida, sorpréndeme", y con él muchas personas afirman haber alcanzado sus objetivos con más intensidad y rapidez de lo esperado inicialmente.

Quién es Beth Russo

Reproducción Youtube / Canal Beth Russo

Hablando de Beth Russo, ¿sabes quién es? Reprogramadora mental y motivacional, esta especialista en Ho'oponopono mágico tiene como principal objetivo facilitar el autoconocimiento de las personas conectando a cada uno con su propia esencia.

Procedente de una familia que creía en la "vida guerrera", trabajó como agente inmobiliaria durante más de 25 años, pero sentía que el trabajo le estaba pasando una pesada factura emocional y afectaba a muchas otras partes de su vida.Fue entonces cuando decidió cambiarlo todo, y el resto es historia.

Fue durante su viaje cuando creó el mantra "Vida, sorpréndeme", vio su propia vida transformada a través de estas poderosas palabras y se dio cuenta de que podía ayudar a otros en su viaje enseñándoles todo el poder del mágico Ho'oponopono.

La vida me sorprende

El eslogan de Beth Russo puede parecer simple, e incluso tonto para algunas personas, pero lo cierto es que tiene mucha fuerza.

Esto se debe a que las personas están condicionadas a vivir de forma regulada, siempre con mucha planificación, sabiendo qué esperar de su día a día. Aunque esto no tiene nada de malo, es común que, en exceso, esta rutina, en un momento dado, se vuelva monótona, haciendo que la vida se vuelva triste y desanimada.

Cuando alguien dice "¡La vida, sorpréndeme!", se está abriendo a nuevas posibilidades que, en situaciones normales, sencillamente nunca experimentaría. Estos acontecimientos pueden transformar su vida a mejor.

A menudo, cuando la gente se queja de la vida, poco hace por cambiarla. Este mantra va precisamente en ese sentido: aboga por una transformación que sacuda las rutinas de las personas y las obligue a ir en busca de lo que realmente las hace felices.

¿Qué es Japamala?

Es importante saber que las palabras tienen poder y por eso los mantras son capaces de transformar vidas. Sin embargo, es interesante contar con la ayuda de ciertos elementos que tienen el objetivo de ayudar a transformar estos dichos en realidad. Este es el caso del japamala.

Ampliamente utilizado en la meditación india y también por los practicantes de la magia Ho'oponopono, este objeto es una sarta de cuentas que ayuda a contar mantras, deseos, peticiones, entre otras cuestiones, de quien lo manipula. Muy parecido a los rosarios católicos, este objeto sagrado tiene el poder de reunir todas las energías espirituales de quien lo manipula, estimulando el cumplimiento de todos los deseos formulados.

También es capaz de transmitir poderes curativos que calman el cuerpo, la mente, el alma y el corazón. En otras palabras, facilita el proceso de eliminación de la negatividad, dejando todo tu ser más abierto a las posibilidades y a la positividad que te rodean. Pero para obtener éste y otros beneficios, ¡hay que saber utilizarlo!

Cómo utilizar Japamala

Kampus Production / Pexels

Para obtener el máximo rendimiento de tu mantra mágico Ho'oponopono combinado con tu japamala, es importante saber que debes llevarlo siempre en la mano derecha -la considerada pura en la India- en una postura similar a la de un apretón de manos. Además, es necesario evitar el contacto del dedo índice con el objeto, ya que esta parte del cuerpo simboliza nuestro ego.

Con esto en mente, empieza a vocalizar tu mantra desde la primera cuenta de tu japamala, sacando cada una con la ayuda del pulgar mientras repites el mantra, acercando las "bolitas" a tu cuerpo.

La japamala tradicional tiene 108 cuentas, consideradas el número sagrado que intensifica el poder de tus peticiones. Por eso, aparte de cualquier otra cosa, te ayuda a contar para asegurarte de que alcanzas el número ideal.

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Cuando llegues al final, puedes cerrar tu mantra. Si deseas iniciar un nuevo ciclo, simplemente haz el camino inverso, pasando la última cuenta al otro lado y haciendo lo mismo con las demás mientras repites las palabras.

Sólo tienes que creer en tu poder de transformación y adaptación, deshacerte de lo que te frena, confiar en el poder de las palabras y en los elementos que pueden ayudarte, y tener como referencia a personas influyentes que han pasado por lo mismo que tú, como Beth Russo.

Recuerda: ¡no estás solo en tu viaje!