Todos los días nos golpean innumerables informaciones, hechos, sentimientos y tantas otras cosas que nos dicta el ritmo de la vida. Además, vivimos a un ritmo acelerado, muy común en estos días, sobre todo con las posibilidades que tenemos a mano: los teléfonos móviles que nos conectan con todo todo todo el tiempo. Son tiempos angustiosos en los que la salud mental ha sido un tema frecuente de conversacióny en el debate público.

Todo el mundo ha vivido algún momento embarazoso en la vida, ya sea algo irrelevante o algo realmente inolvidable, ya sea decir algo fuera de tono, un tropezón en la calle o enviar un mensaje y arrepentirse después, cuando ya no se puede borrar. A veces ocurre que esos momentos se te quedan grabados en la cabeza, como si no pudieras olvidarlos y, de repente, ese recuerdoY esto se convierte en un círculo vicioso y el pensamiento se convierte en una especie de obsesión.

Reflexione sobre lo que piensa

Es sumamente importante reflexionar sobre tu pensamiento, reflexionar sobre la raíz, la esencia y la razón por la que ese pensamiento está aquí. Pregúntate esto. Por ejemplo: hay una fuerte discusión entre tú y alguien de tu familia, muchas cosas que querías decir acabaste por no decirlas. Vuelves a casa dándole vueltas a esas palabras no dichas, sufriendo por haber perdido la oportunidad de decir lo queEs muy difícil lidiar con el hecho de que pierdes el control de tus sentimientos y pensamientos, incluso el sueño se ve comprometido. Te pasas días obsesionado con esa situación y empieza a hacer mucho daño y a prevalecer tanto en tu vidaApenas recuerdas la discusión en sí, sólo piensas en lo que no dijiste. Éste es un ejemplo que sirve para cualquier situación.

Comprender el motivo de los pensamientos

Llega ese momento en el que la solución pasa por entender el surgimiento de ese pensamiento, cómo ha llegado hasta ahí y qué hace que se quede dentro de tu cabeza. Las cosas pendientes siempre generan esa sensación interminable. La solución no siempre es lo que queremos, porque a veces lo que necesitamos es diferente de lo que anhelamos y, por eso, entender esos pensamientos es lo primero que hay que hacer.Piensa racionalmente, reflexiona sobre el conjunto, observa cada hecho, cada angustia y cada impulso, porque estos pensamientos pueden ser traicioneros y empeorar aún más la situación. Respira hondo y observa la situación con calma y detenimiento.

Ron Lach / Pexels

¿Me estoy obsesionando?

Cuando pierdes el sueño porque no puedes apartar el pensamiento de una determinada situación, cuando no puedes concentrarte en las cosas cotidianas, cuando te desentiendes de las responsabilidades, cuando cualquier cosa genera en ti algún desencadenante que te devuelve a ese ciclo de pensamientos obsesivos relacionados con esa situación... Éstas son algunas señales de que te estás obsesionando,Es como si ese pensamiento te aprisionara dentro de una cúpula de la que es imposible salir, como si fuera un problema sin solución y pareciera que la vida sólo funciona dentro de esa obsesión hasta que se resuelve. No se resuelve por sí mismo, porque eres tú quien tiene que ir tras detenerlo.

Al fin y al cabo, ¿cómo dejar de pensar en algo o en alguien?

Ocupa tu mente

Mira esa serie que te gusta, la que es una comedia, con temas ligeros y que te hace reír. Esa serie que te distrae la cabeza y no te hace darle vueltas a sentimientos demasiado profundos, porque a veces es bueno ser un poco superficial.

Comparte tus sentimientos con otra persona

Busca a ese amigo que siempre te ofrece hospitalidad y te escucha, dile todo lo que sientes con detalle, porque sólo decirlo aliviará tu corazón y te dará un respiro de la angustia que asalta tus pensamientos.

Distanciarse del objetivo de sus pensamientos

Huye de los desencadenantes, ya sea esa canción, esa película, ese lugar o ese perfil de las redes sociales. Necesitas tomar aire y recuperarte, la curación está en esa distancia, porque cuando te alejas de lo que te hace daño, es más fácil mirar dentro de ti.

Ser consciente de uno mismo y darse cuenta de que se está pensando demasiado

El estado de negación no ayuda en absoluto, necesitas reconocer que hay un problema con tus pensamientos actuales. Reconocer el problema es luchar contra él, es el impulso correcto para buscar ayuda.

Andrea Piacquadio / Pexels

Vive el presente

Mira a tu alrededor, mira el amor que está pegado a las paredes de tu casa. Abraza a ese amigo que siempre te está apoyando, agradece lo que tienes, lo que has conquistado. Vive tu presente, vive lo que está ahí para hacerte bien en el ahora.

Resuelve el problema que te preocupa

Después de reconocer el problema, evaluar y pensar mucho sobre lo que te está haciendo estar así, es el momento de buscar resolver el problema. De forma racional, encuentra la mejor solución para que esta pendencia emocional se acabe.

Buscar ayuda profesional

Es fundamental que busques ayuda profesional, porque el problema resuelto hoy puede convertirse en otro mañana si tu comportamiento es el mismo. Y, para tratar estos comportamientos destructivos, la persona adecuada para ayudarte es un profesional. Por eso, acude a un psicólogo o psiquiatra profesional para que te deriven al tratamiento adecuado.

También le puede interesar

• Superar un problema de espalda en cinco pasos infalibles
• Apuesta por la meditación para superar el dolor y el sufrimiento
• Encuentre ayuda psicológica gratuita para cuidarse

Hay cosas que duelen y son difíciles de solucionar. Además, parece que nada va a volver a su sitio y todo se convierte en un gran lío, los pensamientos te aprisionan, pareciendo imposible escapar, pero hay solución, el lugar de estos pensamientos no está dentro de la cabeza. Con concentración, ayuda, cobijo y amor, todo se solucionará, hay que querer y creer.