Cuando iniciamos un viaje espiritual de autoconocimiento, al principio se nos introduce en un mundo de conceptos, representaciones y otros significados, para que nos familiaricemos con este nuevo universo. Y los símbolos espirituales son algunos de estos elementos que debemos conocer mejor.

En este artículo hablaremos de estos símbolos y del poder que cada uno ejerce en nuestras vidas, y también daremos algunos consejos sobre cómo utilizarlos para extraer de ellos la mejor energía posible. ¿Listo para este nuevo y magnífico viaje? ¡Entonces acompáñanos!

Om

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Muy conocido y extendido, este símbolo tiene su origen en el hinduismo, y también lo encontramos en el budismo. De hecho, el OM -también conocido como AUM u OHM- es un sonido sagrado, el sonido del Universo, y sus vibraciones tienen el poder de unificarlo todo y dar energía a nuestro cuerpo.

Se trata del mantra más sagrado del hinduismo, que representa el sonido del instante en que se crearon todas las cosas del universo. Cada uno de los elementos visuales que lo constituyen representa un estado de conciencia diferente.

OM es una sílaba que debe cantarse en baja vibración en prácticas como la meditación y el Yoga. Ayuda a aumentar la concentración y energiza los chakras, además de calmar la mente y el sistema nervioso central.

Además de invocarse en la meditación y las prácticas yóguicas, como ya se ha mencionado, este símbolo puede utilizarse en diseños de ropa (que debe ser de buena calidad, para que no destiña), joyas (como colgante, por ejemplo) o en la decoración de ambientes, especialmente los destinados a la oración o la meditación.

Flor de loto

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La flor de loto es otro símbolo hindú y representa "el vientre del universo, del que nacieron todas las cosas". Es un símbolo muy antiguo y se asocia a la pureza, ya que, aunque nació en el barro, permanece intacta. En el budismo, para el que tiene un significado muy fuerte, es símbolo de pureza divina e iluminación. Para los hindúes, se relaciona con el bienestar.

También se asocia con el ciclo de la vida, ya que su floración es perenne y cambia para adaptarse a las condiciones de cada tiempo -por ejemplo, aunque se seque en otoño, no se cae-, lo que también evoca la idea de resiliencia. Hay otras simbologías de esta flor, como la sabiduría, la iluminación, el renacimiento y el despertar espiritual.

Entre otras aplicaciones, podemos utilizar la energía de esta flor en la posición del Loto, una de las más conocidas en Yoga. Además de este uso tradicional, las semillas tienen propiedades medicinales, siendo muy utilizadas en la medicina tradicional china para aliviar la diarrea, la tos y la inflamación, controlar el azúcar y el colesterol en la sangre, reducir la inflamación, entre otras.

También podemos encontrar este símbolo en estampados de ropa, logotipos (especialmente de marcas asociadas al Yoga, las terapias holísticas y la psicología), joyas y decoración del hogar. También es una flor utilizada en el Feng Shui, que simboliza la paz y la armonía.

Hamsá

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También conocida como la mano de Fátima, la Hamsá es un símbolo muy antiguo -se cree que data de 800 años antes de Cristo-. Se utiliza en varias religiones y doctrinas. En el Islam, representa los cinco pilares de la fe; en el budismo, se llama Abhaya Mudra, que significa "sin miedo"; en el hinduismo, representa el espíritu supremo o la realidad suprema.

Se cree que este elemento establece una conexión con lo divino. Además, presenta variaciones, cada una con una función. Por ejemplo, puede estar compuesto por paloma, pez, estrella de David, ojo griego o dichos en lengua hebrea, y puede representar la paz, la fertilidad, el éxito, la unión del cuerpo y el espíritu, la bienvenida, entre otros.

En la actualidad, el Hamsá se utiliza como amuleto de protección, ahuyentando las vibraciones negativas, el mal de ojo y la envidia, así como equilibrando las energías, por lo que se suele emplear en joyería (como colgantes), accesorios (llaveros, colgantes para pomos de puertas, etc.) o para la decoración del hogar.

Buda

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El término "Buda" procede del sánscrito -su significado es "aquel que se ha iluminado"- y hace referencia al joven príncipe Siddartha, que un día abandonó el palacio donde vivía, rodeado de lujo y bienestar, para encontrar la forma de acabar con el sufrimiento humano.

Su iluminación llegó a los 35 años, cuando se convirtió en Buda y comenzó a difundir sus enseñanzas por todo el mundo. El budismo se basa mucho en el equilibrio y en encontrar un camino que nos libere del sufrimiento, por eso su imagen es muy venerada.

Y trayendo la imagen de Buda como objeto concreto, podemos utilizarla en joyas, grabados y estatuas para decorar ambientes, especialmente los destinados a rituales espirituales, Yoga y meditación.

Según el Feng Shui, lo ideal es colocar la estatua de Buda frente a la puerta principal de la casa, ya que es un lugar que favorece la interacción de sus vibraciones con la energía chi que entra en nuestro hogar.

Mandalas

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Los mandalas son diseños circulares que suelen encontrarse en los rituales hindúes y budistas. También suelen verse en la Astrología y los cultos esotéricos. El término "mandala" procede del sánscrito y significa "círculo". Se dice que este elemento representa diferentes aspectos del Universo, teniendo el poder de transmutar el sufrimiento en felicidad.

Entre los monjes budistas, los mandalas -hechos de arena- simbolizan la impermanencia y la necesidad de buscar más allá de lo material. También representan nuestro viaje espiritual individual. En su composición puede haber elementos como una flor de loto, una rueda de ocho radios, una campana, un sol, entre otros, cada uno con un significado.

Estos objetos se han hecho muy populares, y pueden utilizarse en decoración, logotipos de marcas (asociados a la psicología, el psicoanálisis, el Yoga y otras terapias), e incluso en educación -tanto para enseñar formas geométricas como para aliviar el estrés, con esos famosos libros para colorear, incluso para adultos-.

Los mandalas curativos se utilizan con fines de meditación, para evocar tranquilidad, armonía, paz y contemplación, canalizando nuestra atención y concentración.

Ojo griego

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El ojo griego se remonta a mucho tiempo atrás, habiendo sido muy utilizado en rituales en el Islam. Este talismán, también conocido como ojo turco, ojo de Dios y nazar, se ha encontrado en exploraciones arqueológicas en diversos lugares, como Egipto, aproximadamente 1.500 años antes de Cristo, pero hay hallazgos que datan de 3.300 años antes de Cristo.

Este objeto circular, de colores azul, negro y blanco, tiene el poder de alejar las energías negativas, como el mal de ojo, y atraer las buenas vibraciones.

El ojo griego se puede utilizar en collares, anillos o pulseras y también en la decoración del hogar, especialmente colgado de puertas y ventanas (preferiblemente en la entrada principal). También se puede utilizar como colgante en el espejo retrovisor del coche, en llaveros, en la mesa de trabajo y en cualquier otro lugar donde se necesite protección espiritual.

Chakras

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Los chakras se asocian sobre todo al hinduismo y al budismo. Son centros de energía distribuidos por todo nuestro cuerpo, y su función es absorber la energía vital, redistribuirla y luego liberarla hacia el exterior.

El término "chakra" procede del sánscrito y significa "rueda" o "vórtice". Existen 7 chakras principales: básico, sacro, plexo solar, cardíaco, laríngeo, frontal y coronario, cada uno situado en un punto concreto del cuerpo, que responde a órganos del sistema linfático.

Los chakras se activan mediante rituales y deben alinearse para establecer el equilibrio mental, corporal y espiritual, lo que puede conseguirse a través de la meditación, la aplicación de Reiki, el uso de la cristaloterapia y la cromoterapia y el canto de mantras para cada punto.

Namaste

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Namaste es un saludo muy conocido en Occidente, gracias a la popularización del Yoga y al estilo de vida que esta práctica nos ha aportado. Este término procede del sánscrito y, entre las muchas traducciones, todas asociadas a la reverencia, puede significar: "Me inclino ante ti".

Símbolo de humildad, respeto y conexión, se utiliza como saludo al llegar o al despedirse, y también puede tener un significado más amplio: "El Dios que habita en mi corazón saluda al Dios que habita en tu corazón".

Generalmente, este saludo se realiza junto con un gesto con las manos -con las palmas unidas en forma de oración y a la altura del chakra del corazón-. También puede pronunciarse con las manos colocadas delante de la frente o completamente sobre la cabeza. Su práctica diaria nos estimula a vivir con más humildad, respeto, alegría y gratitud.

Yin Yang

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El yin y el yang son dos formas que se unen en un círculo, representando dos energías opuestas que se complementan en un movimiento continuo, según el taoísmo. El yin es el elemento negro, a la izquierda del círculo, que representa lo pasivo, lo femenino, el frío, la noche, mientras que el yang, de color blanco, a la derecha, es la luz, lo activo, lo masculino, la energía.

Este concepto también se presenta en otras filosofías, como el principio de polaridad, que predica que todo es doble, todo tiene su opuesto, todo tiene sus dos caras, y una no puede vivir sin la otra, siendo por tanto dos extremos de una misma cosa.

Este símbolo puede utilizarse en joyas, ropa, decoración del hogar y tatuajes. No sólo su imagen física, sino también el propio símbolo de polaridad, equilibra colores claros y oscuros, fríos y cálidos; formas curvas y rectas; brillo y opacidad; frío y calor... Esta técnica se utiliza a menudo en el Feng Shui para aportar armonía al hogar.

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¿Te has dado cuenta de que, aunque tienen orígenes diferentes, muchos de los símbolos mencionados aquí están conectados entre sí? Se pueden utilizar juntos para atraer aún más buenas energías a tu vida. Prueba a combinar algunos de ellos -o todos- con sabiduría y equilibrio, ¡y trae más positividad a tus días!

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